Como había mencionado en un artículo anterior, empezamos con la serie FilBo del 2024, donde expongo para el público que me lee, para ti que me estás leyendo, las entrevistas y conferencias que se realizaron en la Filbo. Por supuesto, no estarán todas, pero sí una gran mayoría.
Quisiera empezar con la que se realizó el 2 de mayo de 2024 al profesor Jorge Palomino Forero, por su libro titulado "De prótesis afectivas y otras (con)figuraciones". En este libro, Palomino expone cómo el uso del teléfono celular ha modificado las subjetividades (la forma en que los individuos perciben e interpretan y se relacionan con el mundo y consigo mismos) y las experiencias afectivas de nosotros en la era digital. La obra se centra en las prótesis afectivas, en la transformación de las relaciones interpersonales y la comprensión que tenemos ahora de la corporalidad.
En el libro, se realiza un recorrido etnográfico por las experiencias de los usuarios de teléfonos celulares. Palomino analiza cómo las personas viven las emociones, los sentimientos y los afectos a través de estos dispositivos. Introduce un concepto llamado "estructura disipativa del sentire" para describir estos cambios y utiliza la figura del cíborg —un híbrido de elementos biológicos y maquínicos— para ilustrar cómo la tecnología ha eliminado las fronteras que existían hace mucho tiempo entre el cuerpo, la máquina, la naturaleza, la tecnología, la razón y la emoción. En el libro también se explora cómo se han transformado las relaciones de pareja, familia y amistades mediante la tecnología, así como el impacto que ahora tiene la producción de imágenes como selfies y desnudos. Básicamente, el libro concluye que en la era del celular, los cuerpos y las subjetividades se han reconfigurado, llevando a una nueva forma de existencia como cíborgs.
¿La inteligencia artificial nos hará mejores o peores?
La entrevista que se llevó a cabo en el Gran Salón E de Corferias se titulaba "¿La inteligencia artificial nos hará mejores o peores?" Esa pregunta me pareció adecuada porque, últimamente, la inteligencia artificial ha captado mucho el interés de todos, gracias a su comercialización y a las dudas que genera sobre el futuro de la humanidad en este nuevo contexto que se va construyendo, y pone en tela de juicio si será bueno o perjudicial este desarrollo para el ser humano.
Fue crucial entender a qué nos referimos cuando hablamos de inteligencia artificial. El profesor explicó algunos conceptos clave para definir la IA en términos generales. Describió la inteligencia artificial como un conjunto de técnicas basadas en principios matemáticos, cuyo objetivo es imitar las habilidades y el pensamiento humano.
En la entrevista, se mencionó que, al igual que el cerebro es un sistema interconectado por redes neuronales, la IA también opera a través de redes neuronales entrenadas. Se discutió el significado de las prótesis y si la IA puede considerarse una prótesis afectiva. El profesor explicó que la tecnología no se limita a los objetos, sino que abarca varios tipos. A menudo pensamos en tecnología como aparatos electrónicos, computadoras y celulares. Sin embargo, la tecnología son todas las herramientas que nos permiten mejorar y ampliar nuestras capacidades humanas. Las gafas, por ejemplo, son una prótesis que mejora nuestra visión.
Adicional a lo anterior, algo intrínseco en las tecnologías es que siempre buscan una correlación con lo social. No actúan de manera aislada; son para el beneficio de la humanidad y siempre generan un impacto social. Pensemos en la rueda: aunque no se mencionó concretamente de esa manera en la conferencia, la traigo a colación. Cuando se inventó la rueda, se transformó la forma en la que las sociedades coexistían. Antes todo era a pie; las conversaciones quizás también se modificaron en un punto. Así sucede con cada uno de los nuevos inventos que surgen.
El profesor mencionó reiterativamente que una prótesis es un artefacto que amplía las capacidades humanas, y mencionó al celular -el tema central de su libro-, es una prótesis porque amplía la comunicación y establece vínculos afectivos de diferentes maneras. Igualmente pasó a considerar a la inteligencia artificial como una prótesis porque amplía la capacidad creativa. Como caso de ello es el de generar imágenes o texto, y si bien la inteligencia artificial, ha incrementado la capacidad creativa, también ha empezado a realizar tareas que antes se consideraban exclusivas de los seres humanos (diagnóstico médico, analizar resonancias, redacción de textos, asistentes virtuales, comprender y responder preguntas). Eso plantea preguntas a nivel académico y humano, ¿ya hemos superado la condición humana? ¿Ya la hemos perfeccionado?
Actualmente dicho planteamiento, el de la perfectibilidad humana está en cuestión, se hace importante definir en qué espectro se encuentra el hombre en la actualidad, qué tanto nos ha modificado la inteligencia artificial y qué tanto nos seguirá modificará en el futuro.
(Pequeño paréntesis: cuando se mencionaba eso en la conferencia, se me venía a la mente el libro de Yuval Noah Harari: Homo Deus, el cual recomiendo su lectura, y que toma elementos parecidos a los que ahora están en tendencia. Fin del paréntesis).
La IA ha transformado en tal manera la interacción educativa que los profesores, al pedir un trabajo escrito, casi entran en pánico (lo cual corroboro como docente en el área de idiomas). ¿Cómo asegurarse de que un estudiante no ha usado ChatGPT para realizar su trabajo? ¿Cómo verificar que un resumen no ha sido hecho por una inteligencia artificial? El profesor Jorge Palomino planteó que se deben cambiar las estructuras escolares y universitarias para enfocarse en las habilidades que realmente queremos que los estudiantes adquieran.
Hasta ahora, se sabe que la inteligencia artificial no puede generar procesos de análisis situacional. Por lo tanto, si los docentes piden trabajos que no requieran este tipo de análisis, los estudiantes podrán realizarlos fácilmente con la ayuda de una inteligencia artificial.
En la discusión también se planteó la pregunta: ¿Por qué se habla tanto ahora de inteligencia artificial? La razón es su comercialización, que genera grandes impactos que deben ser analizados. Surgen de nuevo, y con más razón, cuestiones humanas como la conciencia. Debemos reconsiderar cómo funciona nuestra mente y cómo podemos potencializarla, rodeados de tecnologías tan disruptivas, para no perder la orientación de lo humano.
Otro de los interrogantes que se trató de responder en esta entrevista fue sobre los beneficios y perjuicios de la inteligencia artificial. ¿nos hace mejores o peores? El profesor mencionó que, cuando se evalúa una nueva tecnología, siempre se suelen tomar dos variantes: una, analizarla desde la perspectiva de cómo nos destruirá, y la segunda, cómo nos potenciará, llevándonos a una posible panacea. Sin embargo, la tecnología debe pensarse de una manera diferente, por lo menos en tres niveles: (1) destiempos, (2) usos de la creación y (3) destiempos en los procesos de regulación y el uso que le dan las personas.
En cuanto a los destiempos, es fundamental entender que cuando surge una nueva tecnología, primero aparece el producto y luego se determina cómo se utilizará en distintos contextos, como en el aula o el cine. Por ejemplo, el internet originalmente tenía un uso militar, pero ahora se utiliza de muchas otras maneras. Aunque una tecnología puede ser creada con un propósito específico, su desarrollo y uso se ven influenciados por la cultura, que moldea su aplicación. Tomemos nuevamente el caso del internet: cuando se inventó, nadie previó que también serviría para enviar memes, crear stickers o generar reels en redes sociales. Lo mismo ocurre con la inteligencia artificial. Aunque su comercialización es reciente, su desarrollo ha estado en curso desde mediados del siglo XX. La cuestión ahora es cómo se empleará realmente la inteligencia artificial en el futuro.
El tercer ámbito es el de las regulaciones, tanto legales como estatales, y el uso que le dan las personas. Esto genera conflictos, como lo sucedido con las redes sociales. Llevamos más de diez años empleándolas, considerándolas excelentes, y hasta ahora se empiezan a plantear interrogantes sobre qué hacen con nuestros datos, cómo las regulan y cómo generar políticas al respecto, o incluso el intento de prohibirlas porque se descubre hasta relativamente hace poco que pueden ser perjudiciales en términos políticos, éticos y de integridad para el individuo, como se ha visto con los escándalos de Facebook sobre los trastornos alimenticios que genera en los adolescentes, o más reciente con el juicio realizado en Los Estados Unidos para prohibir TikTok.
Jorge Palomino también destacó cómo la IA está intrínsecamente relacionada con la ciencia moderna y cómo nos modifica y potencia. Mencionó el espíritu de la ciencia moderna y citó a Paula Sibilia, quien propone que La Ciencia Moderna tiene dos funciones: una prometeica, que es la promesa de alcanzar la perfectibilidad humana, y otra fáustica, que busca la superación de la condición humana, en términos de genética e inmortalidad y demás.
Es evidente que el mundo actual tiene una fascinación por lo que se puede lograr con el desarrollo tecnológico. Sin embargo, uno de los grandes inconvenientes es que no se suele considerar las posibles consecuencias y efectos. Pensemos nuevamente en las redes sociales y en la privacidad de nuestros datos: ¿cuánto están obteniendo de nosotros? ¿Qué es privado y qué no lo es? ¿Qué tanto nos vulneran? Aquí surgen tensiones éticas, creativas y educativas, y la forma de engranar todo ello para que no se malversen los usos de los desarrollos tecnológicos.
Con respecto a los malos usos de estos desarrollos, quiero resaltar algo que me pareció revelador: la ética no aparece en quienes desarrollan la tecnología. Puede que piensen en la ética al implementar procesos, pero la ética no es lo primordial. Cuando ya salió la IA a la comercialización fue cuando tardíamente se empezaron a plantear esos temas éticos, como los derechos de autor.
Por otro lado, en el ámbito académico, es crucial definir qué habilidades queremos que los estudiantes adquieran. Por ejemplo, un resumen tiene como objetivo enseñar a sintetizar información, pero con herramientas como ChatGPT, hacerlo se vuelve muy sencillo. Por lo tanto, como docentes, debemos diseñar tareas que obliguen a los estudiantes a leer y producir contenido, enfocándonos en nuevas habilidades. Aquí radica el dilema: necesitamos generar nuevos modelos, adaptaciones, conocimientos y comprensiones. Además, debemos considerar las interacciones que pueden surgir con la inteligencia artificial y cómo integrarla en el proceso educativo. Por ejemplo, si un estudiante entrega un trabajo hecho con ChatGPT, ¿se considera plagio? ¿A quién estaría plagiando? ¿La máquina tiene derechos de autor? Este tipo de planteamientos afecta tanto a universidades como a colegios.
¿Cómo nos solventamos en cuestiones de sociabilidad? ¿Cómo cambiamos nuestras interacciones sociales? Hay que considerar que las inteligencias artificiales, o cualquier tecnología, si bien generan un impacto grandísimo, también corresponden a un momento histórico. No son neutras, toman partido en ciertas cosas. Pensemos en las redes sociales: no son neutrales, tienen sus inclinaciones políticas y las favorecen. Lo mismo sucede con la inteligencia artificial, que tiene sesgos de género, sexualidad, preferencia por agendas económicas, entre otros.
Como complemento, y para quienes deseen profundizar, se recomienda el libro "Armas de destrucción matemática". Este libro explora cómo los algoritmos y modelos matemáticos pueden tener sesgos aparentemente inofensivos, pero que en realidad pueden causar grandes injusticias y problemas sociales.
Sin duda, el ser humano está experimentando una transformación radical, encaminándose hacia un transhumanismo en el que intervenimos nuestros cuerpos para transformar la condición humana mediante el desarrollo y uso de tecnología avanzada. Aún queda por ver cómo se desarrollarán las mejoras cognitivas, la longevidad extrema y las mejoras físicas y emocionales. Nuestras capacidades, tanto laborales como intelectuales han cambiado enormemente con la IA. Hemos pasado de un conocimiento artesanal (específico y que se va perfeccionando a lo largo del tiempo) por un trabajo basado en talento (habilidades que requieren innovación constante, el cambio y la trasnformación). Eso enfrentamos en esta gran revolución tecnológica.
Reflexiones Finales
Mucho podría mencionar acerca de lo aprendido en esta conferencia, pero me enfocaré en el planteamiento inicial: ¿la inteligencia artificial nos hace mejores o peores? Con lo que escuché y escribí en este artículo, concluyo que la inteligencia artificial es un beneficio para la humanidad, como cualquier desarrollo tecnológico. Sin embargo, tiene un aspecto delicado: su uso individual. La inteligencia artificial potencia nuestras capacidades intelectuales, de investigación y desarrollo. Como mencionaba el profesor Jorge Palomino, es una prótesis que impulsa nuestras capacidades, pero el dilema actual, creo yo, está en cómo fomentar un mejor razonamiento y mayor capacidad analítica en las personas.
Aunque ChatGPT puede generar información o realizar trabajos académicos, esto puede conducir a la pereza intelectual si no se realiza un análisis. Nos puede potenciar, pero también puede volvernos más perezosos. Por ello, desde el ámbito educativo, es crucial fomentar el amor por la lectura y el análisis crítico constante. Es esencial que las personas se interesen por leer y que de esas lecturas extraigan conclusiones y realicen análisis exhaustivos, siento yo que eso se está perdiendo cada día un poco más, en especial en nuestras generaciones más jóvenes. Debemos mejorar el razonamiento humano y el análisis de la información obtenida a través de las inteligencias artificiales, siendo nosotros quienes generemos contenido para que la IA se retroalimente constantemente, en lugar de simplemente consumir el contenido que otros producen.
Creo que la inteligencia artificial sintetiza los procesos de investigación y consulta, pero el razonamiento sigue siendo fundamental. Si no razonamos, dejaremos de ser Homo sapiens sapiens, como menciona Yuval Noah Harari, y retrocederemos a ser neandertales, lo cual no es el objetivo. La supervivencia del ser humano a lo largo del tiempo se debe a sus capacidades intelectuales, ese razonamiento le ha permitido modificar el entrono y esto es algo que debemos fomentar. No se trata solo de pedir información, sino de que los estudiantes sepan de historia, hagan análisis contextuales, aprendan de diferentes culturas y adquieran nuevos idiomas, sin quedarse únicamente con el contenido desarrollado por una inteligencia artificial.
Veo a la inteligencia artificial como una calculadora. Con una calculadora, puedo realizar muchas operaciones, pero sin un conocimiento matemático, no le sacaré ningún provecho. De manera similar, la inteligencia artificial es la calculadora de hoy: ofrece una infinidad de herramientas que puedo incorporar a mis habilidades técnicas o en áreas como las humanidades y las lenguas. Sin embargo, si no conozco mi área y no razono sobre ella, si no entiendo qué es el ser humano y sus particularidades, no le sacaré ningún potencial y podría ser peligroso, fomentando lo que llamo el "adormecimiento humano", es decir, la pérdida de nuestra esencia.
Nuestro objetivo debe ser ayudar a las generaciones actuales, tanto a nivel académico como personal, a fomentar habilidades específicas y el razonamiento crítico, tanto de textos como de contextos humanos, y a comprender la esencia humana. Solo así podremos utilizar la inteligencia artificial como una verdadera prótesis intelectual.
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Referencias
Canal Capital. (2024). ¿La inteligencia artificial nos hará mejores o peores? l FILBO 2024 [YouTube Video]. In YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=pHfoCNyHEoc&t=608s
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